miércoles, 18 de mayo de 2011

TENDGO DA DENGÜA DODMIDA

Desde hace ya un rato que necesitaba una pasadita por el dentista, pero la economía mundial, sumada a la fragilidad del dólar, la muerte de Osama y bue... varias cosas mas que se tradujeron finalmente en una, la falta de lukas, me llevó a postergar el asunto. Lamentablemente toda espera tiene un final, y este precisamente, no fue un final feliz.
Una tarde de trabajo, como lo es cualquier otra, masticaba un chicle mientras esperaba que el computador desplegara mis correos electrónicos ( labor que puede demorar varias horas debido a nuestro súper sistema de BANDA CHANCHA) , cuando al masticar sentí como un golpe eléctrico que me sacudió e hizo brotar lagrimas de mis ojos, hace tiempo que no lloraba tanto desde que vi la muerte de E.T. en el cine… era un niño…
Con lo poco de conciencia que me quedaba, llamé a mi mujer para que me encontrara un lugar donde poder atenderme o un lugar donde poder matarme, ya que el dolor era muy intenso. Esta bien… convengamos que nadie nunca se a muerto de un dolor de muelas, pero feliz habría tomado una pistola con balas rellenas de cianuro y me habría disparado en la cabeza mientras caía al vació desde un piso 20, así me dolía.
La efectividad de mi mujer me hizo ver que fue una buena elección entre todas las cartas ofrecidas, y que aun se siguen ofreciendo… ya que me encontró un lugar cerca, rápido y que me atendieran en forma inmediata, además de lo mas importante… ella tiene su crédito intacto, mi cuenta ya ni cuenta.
Al entrar me atendió una señora muy amorosa que me dio unas pastillas que me quitaron el dolor y me mando a una endodoncia, pero al día siguiente.
Esa noche me tomé las 3 pastillas para mi presión arterial, la pastilla para dejar de dormir, la pastilla para el dolor, una pastilla que tenia por labor hacer que la pastilla del dolor no me provocara daño (se que suena raro, pero así era). Afortunadamente no tengo problemas de sueño, porque tendría que tomar otra pastilla para dormir.
El día siguiente partió muy temprano, clavado en la hora exacta me encontraba en la consulta esperando la atención, dando vueltas por la recepción como un perro buscando donde dormir la siesta. A todo esto lo les comento lo caro que salió, y menos mal que era solo una muela, porque si son mas, ni Rockefeller podría hacerse el tratamiento.
El doctor me invito a tomar asiento en esas reposeras del terror. Sinceramente yo no le tengo miedo al dentista, pero tienen tan mala fama, que algo se pega.
Ya instalado me dice “abra la boca” y vamos con la súper aguja adentro… mientras me colocaba la anestesia inyectable solo un pensamiento pasaba por mi cabeza… “que pasaría si se pone a temblar ahora…” y en mi mente aparecían imágenes mías corriendo por las escaleras con la boca abierta, dejando un hilo de baba detrás mío tratando de salvar mi vida.
Ir al dentista es como llevar el auto al mecánico, uno no sabe que le van a hacer, te cobran una millonada y estas entregado a su genio, y finalmente, esperas que las cosas funcionen mejor de cómo lo llevaste. Así mismo fue, partió colocándome una especie de globo en la boca y me engancho con un perro metálico la muela, después empezó con sus maquinas, con la manguerita sacasaliva, con los algodones, con el agua, y esa música de bossa nova que suena de fondo, desde ahora en adelante quedé condicionado a asociar LA CHICA DE IPANEMA con un dolor de muela.
Raspaba, atornillaba, probaba unos palitos, sonaban cosas, era como ver al maestro José arreglando una muralla, pero no decía nada, solo respiraba, metía la mano y la sacaba, colocaba su instrumental sobre mi pecho, hablaba de códigos, nombres clínicos y yo… con la boca abierta. Si el tipo me está cobrando caro, por ultimo que me vaya relatando lo que esta haciendo, como para ir aprendiendo y hacérmelo yo mismo la próxima vez, o por ultimo, para entretenerme… pero no, el trabajaba y la chica de ipanema sonaba.
En algún momento me decía “No se asuste….” y yo estaba muy tranquilo, el miedo se me quito altiro, pero después de eso siento que la asistente enciende unos fósforos y salía olor a quemado, y pensé “¿si se supone que soy yo el que está asustado, porque se tira lo peos él?... si el que debería estar cagado de miedo soy yo” .
Un rato después ya todo había terminado… eso creía, ya que me dice “muy bien, vuelva en tal fecha para seguir con esto, y recuerde pedir una hora de reloj completa”, ¿y que tipo de hora quiere que pida? Y me di cuenta que la relación tiempo espacio en este país depende del ambiente en que se dé, una hora académica son 45 minutos, una hora medica son 15 minutos, una hora en el Internet son $500 sin bebida. Este es un tema que en ese momento no tenia con quien conversarlo, ya que le anestesia me “dejo da dengua dodmida”.
Ahora solo falta que me termine lo que empezó, me de el alta, y después hacerme otra cosa para que la muela vuelva a morder, y a todo esto, la caja sigue facturando.
Finalmente el refrán debería decir en vez de “me salió un ojo de la cara” hay que decir “me salió una muela de la boca”.

viernes, 5 de marzo de 2010

Solo Caminar

Un terremoto vivido en carne propia es una experiencia de vida, vivirla con los seres queridos en el mismo momento es una tranquilidad que te mantiene frío y sin desespero. Eso fue lo que viví durante (lo que seria mas tarde) la catástrofe más importante vivida nunca por este país.Afortunadamente los sectores por donde me toco circular en las horas posteriores estaban sin grandes daños, mi departamento con una buena escoba y un poco de pintura se puede arreglar (tendré que finalmente ordenar mi oficina, alguna vez tenia que pasar), y la incertidumbre de amigos y familiares desaparecidos se fue disipando a medida que las comunicaciones se restablecieron. La vida se volvía normal lentamente, pero volvía a ser normal… al menos eso pensé.



Con el restablecimiento de los servicios básicos la televisión se encargó de mostrarnos con su luz la realidad de los lugares más afectados, era terrible, catastrófico, pero dentro de “la tele”, y “la tele” nos acostumbra a ver ese tipo de situaciones por medio de la ficción… mala costumbre.
Al volver a mi trabajo como cualquier día normal las informaciones continuaban llegando desde distintos puntos, radio, Internet, televisión que hablaban de pillaje, vandalismo, tristeza, hambre y desolación… pero eran ellos los que lo decían y, a pesar que lo verídico de sus pruebas, seguían siendo los medios.
Mi canal me envía, como parte de un equipo periodístico, a reportear una de las zonas más afectadas, y lo que necesitaba urgencia en el viaje… no me lo cuestioné, finalmente es parte de mi trabajo.

Descubrir la magnitud de esta tragedia fue como ir abriendo los ojos lentamente hasta quedar cegado con el destello de una realidad alarmantemente cruda.
Recorrer una autopista veloz y moderna durante un par de horas hasta llegar a ver las grietas en el suelo, disminuir de 100 a 0 en un par de minutos, y comenzar a descubrir la cara de todo esto. La luna como nunca brillaba llena para iluminar con su luz azul las dantescas imágenes.


Llegar a la región del Maule fue toda una experiencia, servicentros cerrados en las carreteras, caminos completamente oscuros y, lo mas impactante, atravesar un túnel formado de restos de casas, árboles y escombros, era como visitar el set de una mala película de desastres, y esa luz azul de la luna le daba un toque aun mas dramático.
Al llegar el día, el sol mostraba el detalle que la luna no dejaba ver. No era necesario buscar con la mirada alguna construcción destruida, esas imágenes llegaban a mi solas, como una avalancha… ni al cerrar los ojos dejabas de sentir la fuerza de una hecatombe.


La mañana mostraba casas derrumbadas, comercios destruidos, solo cimientos de lo que sería una vivienda, y lo más impactante… gente.
Gente que solo caminaba, no se miraba, no se abrazaban, no lloraban… solo caminaban, y sin un lugar donde reunirse, porque caminaban en muchas direcciones distintas, y solo era eso, caminar… como si fuera lo único que había que hacer, caminar… pero sin avanzar a nada, solo poner un pie frente al otro y mover un cuerpo sin reacción y una mirada sin dirección. SOLO CAMINAR.

Recorriendo los lugares era encontrarse con botes que deberían estar en el mar estacionados sobre los techos de las casas, ver montones de escombros donde se mezclaban ropa, electrodomésticos, muebles y juguetes de niños, encontrar peces a cuadras de su río era impresionante. Detrás de un inodoro que estaba en el suelo vi un marco como de foto, era un diploma… “A la mejor y más leal colaboradora de un club de ancianos”, club que ya no existe.



La gente llegaba con ayuda, camionetas con agua embotellada, comida, fruta y abrigo recorrían la inexistente ciudad con banderas chilenas en sus techos, como cuando se celebra un triunfo del deporte, hoy significaba chilenos ayudando a chilenos, gente que tenia poco ayudando a los que no tenían nada. Una señora se preocupaba de llevarle comida a un perrito que hacia guardia a (lo que quizás sería) su casa.


Los propietarios comenzando a limpiar lo que quedaba, resignados a perder sus cosas, pero felices de tenerse a ellos mismos. Instituciones trabajando en conjunto para buscar los cuerpos de las personas perdidas, y familias esperando que, ojala, no sean sus familiares los encontrados bajo los escombros. Helicópteros llegando por todos lados como en una película de guerra, y mucha … mucha desolación.

Cuando comienza a caer la noche y el silencio se escucha en todos lados, viene la reflexión…y los cuestionamientos… ¿Cómo es posible que siendo nuestro país como es se permita construir al borde del río? ¿Los seres digitales como yo no sirven de nada cuando su celular, su Internet y su tecnología no funcionan? ¿Por qué no existe una red, una forma, una manera en que la reacción sea inmediata y no varios días después?
O la pregunta que más me estremeció… ¿hacia donde caminaba esa gente?

Lo que vi no tiene nombre, y si repetí muchas veces palabras es porque de verdad no existen las palabras para describir lo sucedido, y ningún reportaje, foto o relato de blog, podrá superar lo que realmente pasó.

Quiero invitarlos a hacer lo que más me impresionó… a caminar… pero a ayudar, a colaborar… con lo que mejor uno sabe hacer, hay gente que lo necesita, y esta vez… darle un objetivo a ese caminar.


martes, 15 de septiembre de 2009

Matrimonio de Katty y Daniel



Este es el matrimonio de mi hermano Daniel y su expolola y actual señora Katty, matrimonio civil realizado en nuestra casa familiar en la comuna de Macul, Santiago, Chile.
Esto fue grabado en Mayo de 2009.

jueves, 13 de agosto de 2009

Honduras, 21 años despues


En 1980 mi familia se fue a vivir a Honduras, país prácticamente desconocido para nosotros, allí pasamos 7 años y regresamos a Chile. Después de 21 años regrese a ver a los antiguos amigos y a repasar aquellos lugares. Ya lleva tiempo este video publicado en youtube, pero hoy gracias a megavideo puedo colocarlo completo y sin cortes.